Club Huamalíes celebró el 122 aniversario de Llata con tarde taurina

Con ocasión de celebrarse el 122 aniversario de ascenso de villa a ciudad de Llata, capital de la provincia de Huamalíes- Huánuco, el Club Provincial Huamalíes hizo una corrida de toros en la portátil del Yawar Toro Lima Norte, a la usanza portuguesa, es decir solo capea, con encierros de la ganadería “Virgen del Carmen” del joven gandero llatino Oscar Céspedes Zambrano, miembro de la Peña Taurina Huamaliana. 
Como parte preliminar hubo actuación de comparsas huamalianas, Mama Rayhuana, los Negritos de Miraflores y los Negritos del Club Huamalíes cuya actuación fue aplaudido por el público con vestuario y estilo de baile de la Llata antigua embargó la añoranza y el sentimiento telúrico al recordar esta comparsa. Como parte final terminado la corrida hubo un bailongo con la actuación de artistas vernaculares del acerbo huanuqueño. 

Actuación estelar del diestro español José Antonio Pavón vestido de perla y plata quién a su turno ejecutó lances largos de capota hasta templar y parar a su enemigo, en el tercio de muletas se lució con la muletilla, derechazos, invertidos y pase de pecho, la nobleza del astado que fue de menos a más permitió el lucimiento, un novillo de buena hechura con casta y bravura. 

Como en las grandes plazas, el despeje de caballos de paso.

Cortesía: jija de Llata

La caruarina , al estilo Llata, momentos antes de la corrida.

Otro torero que alternó en este albero fue el novillero huanuqueño (Baños) Carlos Lizbardo, quien tuvo dificultades con el público al colocarle el par de banderillas al toro, hubo una pifia y rechazo del público al no aceptar esta pica, porque en Llata no se acostumbra, bueno finalmente se le explicó que era necesario este proceso y que no se iba sacrificar al toro, la faena del “Trampita” aceptable con la muleta el resto silencio. 

Samuel Calderón vestido de novillero de la escuela taurina de Acho, se robó el show opacó a sus antecesores al ejecutar una linda faena una demostración de arte en los tercios, verónicas, chicuelina y farolera con la capa, entrega temeraria con la muleta, pie firme y pases bien hilvanados en el embroque, para salir airoso con molinetes, el abaniqueo y el desprecio, a no dudar este jovencito de 16 años vislumbra como una promesa tiene pasta torera. 

Cabe resaltar la concurrencia a esta cita taurina, va en crecimiento ojalá algún día lleguemos a la centenaria plaza de Lima, como lo hace hoy Sancos ayacuchano. 

¡EN HORA BUENA!.

 Por: Ernesto Trujillo Amado